La transgenia es un proceso por el cual el hombre puede introducir información genética al genoma (conjunto de los distintos genes que integran el contenido genético de una especie) de un ser vivo para que éste desarrolle una función particular que no poseía en su estado original. Por lo tanto, 'alimento transgénico' (AT), es aquel alimento obtenido de un organismo al cual se le tla incorporado genes de otras especies para producir una propiedad deseada: dicho en forma simple, AT es aquel que se obtiene a partir de microorganismo modificado por ingeniería genética.

Los AT son vegetales o animales que, como resultado de una intervención consciente del hombre, han sido genéticamente modificados para incorporar determinadas propiedades de otras especies con el objeto de mejorar su calidad o alcanzar mayores rendimientos económicos con su cultivo.

Aquellos alimentos en cuyo diseño se han utilizado técnicas de ingeniería genética, presentan tres diferencias con respecto a los alimentos tradicionales:

1. En su diseño ha primado la direccionalidad frente al azar. 2. Con ellos se obtiene el alimento adecuado de forma mucho más rápida, y 3. En su construcción es posible saltar la barrera de especie y expresar genes de una especie en otra.

El conocimiento del código genético, los avances en la informática y la aplicación de la biotecnología al campo de la alimentación, ha supuesto el espectacular desarrollo de la ingeniería genética que supone la ruptura de las barreras biológicas y permite el cruce entre individuos de la misma e incluso distintas especies, obteniéndose de esta manera los denominados 'alimentos e ingredientes genéticamente modificados'. La cantidad de opciones es tan inmensa como las combinaciones de genes que se pueden hacer.

Se introduce de esta manera una orden específica que determina una función en el metabolismo de un ser vivo que antes no poseía; es el caso de las plantas que mediante estas manipulaciones soportan mejor la salinidad o escasez de agua, semillas que no requieren herbicidas, tomates y uvas con maduración retardada, oleaginosas que producen ácidos grasos específicos, etc.

Los beneficios de los AT se concibieron como una alternativa beneficiosa para la humanidad transfiriendo cualidades de un organismo a otro, por ejemplo, incrementar el valor nutritivo de un alimento (arroz modificado genéticamente para mejorar el contenido de hierro y caroteno); aumentar la vida útil (preservación) beneficiando especialmente países que se encuentran a grandes distancias como es el caso de Chile, aislado geográficamente de sus potenciales clientes; aumentar la producción al obtener plantas resistentes a plagas, evitando de esta manera pérdidas por este concepto.

A pesar de lo anterior, la aplicación de esta biotecnología despierta sentimientos encontrados, como temores y esperanzas basados tanto en mitos, prejuicios como aspiraciones de distinta índole. Estos avances de la ciencia y la tecnología deben tener en consideración ciertas repercusiones morales y éticas, al saltar la barrera biológica de especie y manifestar genes de una especie en otra, de manera que se afronte el futuro adecuadamente. De ahí que sea necesario potenciar las investigaciones encaminadas a evaluar el impacto que estos nuevos alimentos tienen sobre los individuos y sobre el ecosistema. Al respecto, en no más de cinco años. los laboratorios producirán AT con vacunas incorporadas, una de ellas es la del cólera, lo cual va a significar una nueva polémica sobre el tema.

La biotecnología aplicada a la industria alimentaria va a cambiar los alimentos que ingerimos. Esta técnica, señala Fernando Monckeberg, cambiará completamente el uso de los recursos silvo agropecuarios e hidrobiológicos. para comenzar a producir, según las necesidades del mercado de acuerdo a las características que se desean introducir en el producto. El impacto será en toda la cadena alimentaria, desde la mejora genética en cultivos agrícolas y animales de granja hasta el procesamiento de alimentos. Los tipos de cambio y como nos afectarán, así como la adaptación de la legislación alimentaria y la consiguiente respuesta de los consumidores frente a este tipo de productos, son cuestiones que todavía están en el aire. Sin embargo, hay que reconocer que la presencia de estos productos en los mercados ya es una realidad a la que hay que hacer frente desde una perspectiva científica, entregando una información lo más clara posible sin caer en sensacionalismos que no producen más que alarma, muchas veces injiustificada.

La transgenia es un campo abierto para la investigación teniendo como objetivo principal y final la mejora de las condiciones de vida del hombre con el menor deterioro del ecosistema. Ello supone la necesidad de una reglamentación específica para los alimentos obtenidos mediante la aplicación de esta técnica, así como una información adecuada y no alarmista al consumidor

En Chile, según los investigadores, existe gente preparada para trabajar en el tema, pero cuando estos productos transgénicos se comercialicen en gran escala faltará la infraestructura, la que no es tan onerosa ni tan difícil de conseguir, para lo cual habría que completar lo que existe en las Universidades y en Institutos como el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA)

¿Son seguros los alimentos transgénicos?. Diversos científicos indican en la revista 'Nature' de abril de 1999 que no existen evidencias de riesgos para la salud humana; lo mismo dice el experto biotecnólogo Alan Me Hughen al comentar que en el mundo 300 millones de personas han consumido durante 6 años cuarenta tipos diferentes de productos modificados genéticamente y no hay documentos de algún caso con consecuencias, igualmente para Fernando Monckeberg no hay pruebas de daño al hombre con estos productos. Según un informe del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile, 'Hasta la fecha, no hay casos probados de daño producido por el consumo de transgénicos; sin embargo, los riesgos potenciales de estos alimentos son: generación de resistencia de las bacterias a algunos antibióticos útiles para el ser humano y reacción alérgica a los nuevos alimentos en personas susceptibles'. Además con respecto a la salud humana, es importante mencionar que desde 1990, organismos como FAO. OMS y FDA norteamericana vienen evaluando con rigor los pro y contra de los AT y no se han opuesto a su utilización. Sin embargo, se requiere una evaluación de los posibles impactos que estos pueden provocar en la salud a largo plazo, pues los cambios radicales realizados por los biotecnólogos podrían causar efectos alérgicos o tóxicos secundarios.

Aunque las discusiones sobre este tipo de alimentos aun continúan, muchos científicos estiman que las nuevas oportunidades de la biotecnología superará cualquier riesgo potencial que pueden generar.

Actualmente no existe una legislación universal sobre este tipo de alimento. Las regulaciones son propias de cada país y serán ellos los que determinen sus leyes, señalen los límites de la investigación y fijen la información que deben contener los alimentos.

En Chile la organización 'Red Nacional de Acción Ecológica' (RENACE) ha emitido un comunicado de rechazo a la introducción de organismos modificados genéticamente (OMGs) cuyos efectos no hayan sido previamente estudiados, así como también piden que se informe y eduque a la sociedad sobre el tema. También, el INTA pese a reconocer los enormes beneficios potenciales de esta tecnología, recomienda que la incorporación de nuevos transgénicos en la producción de alimentos sea cuidadosamente evaluada.

Para que los productos transgénicos sean autorizados previamente a su comercialización, el Ministerio de Salud mediante el Decreto Supremo N° 475 de enero del 2000 modifica el Reglamento Sanitario de Alimentos (RSA). Ellos deberán cumplir la re-' solución del Servicio de Salud competente, el cual señala en el inciso segundo del artículo 3° agregado 'La producción, distribución y comercialización de los alimentos y materias primas transgénicos, deberán ceñirse, para su autorización, a las normas técnicas que dicte sobre la materia el Ministerio de Salud'. El Ministerio de Salud proyecta promulgar un segundo decreto para obligar a las empresas a etiquetar los alimentos que constituyen productos modificados genéticamente.

En lo que se refiere a las materias primas para elaborar las fórmulas para lactantes y alimentos infantiles, el artículo 492, según lo indicado en el N° 135, del artículo único. del Decreto Supremo N° 475 establece que, deberán ser de calidad óptima y no se someterán a tratamiento físicos o químicos en sustitución de buenas prácticas de fabricación. Estos productos y sus componentes no deberán haber sido tratados con radiaciones ionizantes, ni haber sido modificados por medio de biotecnología.