Durante los últimos diez años el protozoo Neospora caninum ha sido descrito y asociado como una importante causa de abortos en el ganado bovino lechero, llegando incluso en algunos países a ser su mayor causa.

La enfermedad que produce esta parasitosis se denomina neosporosis y ha sido estudiada principalmente en perros y bovinos. Esta enfermedad protozoaria en bovinos, afecta tanto a razas lecheras como a las de carne, sin embargo, en algunos países como EE.UU., Nueva Zelanda y Holanda, es la mayor causa de abortos en vacas lecheras. Más recientemente la infección por N. caninum ha sido descrita en Alemania, Argentina, Bélgica, Canadá, Dinamarca, España, Hungría, Italia, Japón, México, Suecia, Reino Unido y Zimbawe.

  Figura 1. Ciclo de vida de Neospora caninum (Dubey, 1999)

El ciclo de vida

Este parásito tiene un ciclo de vida que incluye al perro como hospedero definitivo, ya que en las heces de esta especie animal se han encontrado los ooquistes. En 1984 identificaron por primera vez la enfermedad en seis cachorros de perro, en tanto que la descripción del nuevo género y especie de protozoo fue hecha en 1988. El perro también puede ser hospedero intermediario, al igual que una serie de otras especies animales, entre las que se mencionan a bovinos, equinos, ovinos, caprinos y especies animales silvestres (coyotes, ciervos, zorros, búfalos y camellos). Experimentalmente incluso se puede llegar a infectar a felinos, ratas, ratones, cerdos y monos. En todos ellos la infección natural ocurre por el consumo de ooquistes esporulados presentes en los alimentos y aguas contaminadas, generando en el hospedero intermediario las otras dos formas del parásito, de ubicación intracelular, taquizoitos y quistes tisulares (bradizoitos). En cuanto a su distribución en tejidos, existe una predilección del protozoo por tejido del sistema nervioso central, incluida la retina. La infección en el perro por tanto, ocurre por el consumo de bradizoitos y taquizoitos, contenidos en los tejidos de las especies animales hospederas intermediarias. Ya a los 5 días comienza a eliminar ooquistes sin esporular y una vez en el medio externo, al cabo de 24 horas, esporulan cuando las condiciones son óptimas. Finalmente, para completar el ciclo, estos ooquistes que contaminan las aguas y los alimentos, deben ser consumidos por sus hospederos intermediarios.

N. caninum también puede ser transmitida de la madre al feto (vía placentaria, congénita o vertical) en bovinos, ovinos, caprinos, ratones, perros, gatos, monos y cerdos. El mecanismo de la transmisión congénita, ya sea primaria o una infección congénita repetida, es aún desconocido.

La enfermedad en el bovino

El único signo clínico de neosporosis observado en la vaca adulta de cualquier edad es el aborto, ya sea esporádico, endémico o epidémico, pudiendo presentarse desde los 3 meses de gestación hasta su término. Sin embargo, la mayoría ocurre alrededor de los 5 a 6 meses de gestación. En cuanto al feto, este puede morir en el útero, ser reabsorbido, momificado, autolizado, nacer muerto, nacer vivo y morir inmediatamente, o nacer clínicamente normal, pero crónicamente infectado. Histopatológicamente en el feto abortado, se pueden observar lesiones a nivel de encéfalo, como en la materia gris del cordón espinal; miocarditis y hepatitis, la cual se observa más comúnmente en los abortos epidémicos que en los esporádicos. En el ternero nacido vivo e infectado, los signos clínicos más frecuentes de encontrar son: bajo peso al nacer, algunos signos neurológicos que pueden ser tan severos como una parálisis completa, e incluso puede observarse exoftalmia y asimetría de los ojos.

La enfermedad en el canino

Los signos clínicos de esta parasitosis en el canino son similares a los encontrados en la toxoplasmosis, sin embargo, en la neosporosis se describe un predominio de anormalidades musculares y neurológicas. Las edades más extremas son las que pueden ser afectadas, siendo cuadros los más severos, aquellos que se presentan en perros jóvenes infectados congénitamente. Así por ejemplo en perros adultos, se han descrito signos en el sistema nervioso central, problemas musculares, miocarditis y dermatitis, en tanto que en perros jóvenes o cachorros se han presentado signos de parálisis ascendente, siendo los miembros posteriores los más severamente afectados.

Otras alteraciones descritas en perros jóvenes, incluyen disfagia (dificultar para tragar), parálisis de la mandíbula, flaccidez muscular, atrofia muscular e incluso falla cardiaca. En cuanto a lesiones es posible observar focos de necrosis y mineralización en músculos, especialmente en el diafragma. Existe además hepatomegalia, neumonía y signos en el sistema nervioso central (malacia). Al igual que en bovinos, histopatológicamente existen alteraciones de encéfalo, de corazón, hepatitis y miositis.

La epidemiología

Epidemiológicamente se ha descrito que en la vaca lechera la transmisión vertical puede ocurrir por varias generaciones, en cambio en la transmisión horizontal es necesaria la contaminación del medio y por lo tanto, la participación del hospedero definitivo. Hasta la fecha no ha sido demostrada este tipo de transmisión de una vaca lechera a otra. Por lo anterior, es importante el resguardo del alimento y el agua, para evitar la contaminación de ellos con excrementos de los perros, así también evitar el consumo de fetos abortados o de terneros muertos por estos animales u otros cánidos.

Existe un estudio de factores de riesgo de N. caninum asociados a abortos epidémicos de rebaños lecheros, que menciona con un potencial rol biológico relevante a la presencia de perros, aves y el consumo de ensilaje de maíz durante el verano. En cuanto al indudable rol del peno, se describe una significativa asociación entre su presencia y la seropositividad de un rebaño, así también las aves domésticas pueden servir de vectores de ooquistes, en particular cuando son criados sin confinar. Se menciona además que las aves de corral tienen un posible rol de hospedero intermediario.

Ahora por otro lado, el alimentar a un rebaño lechero con ensilaje de maíz y/o remanentes de alimento, en verano, es considerado un potencial factor de riesgo, debido a que existen las condiciones favorables de humedad y temperatura para la esporulación de los ooquistes, además de la proliferación de hongos y la producción de micotoxinas. Estas últimas, causantes de inmunosupresión al ser ingeridas repetidamente y en bajas dosis. Se sabe que una inmunosupresión desencadena un cuadro de toxoplasmosis en ratas con infección crónica, por tanto es posible esperar la reactivación de una neosporosis en el rebaño con infección latente. Así también se ha demostrado la no asociación entre neosporosis y la presencia de niveles de anticuerpos contra el virus diarrea viral bovina, el virus herpes tipo 1, Leptospira hardjo o Salmonella dublin.

Otros factores de riesgo mencionados en la literatura son el confinamiento del ganado lechero y la producción intensiva, ya que se describen bajas prevalencias de infección en ganado lechero criado en pasturas y ganado bovino de carne.

El diagnóstico

En cuanto al diagnóstico, se basa en los signos clínicos anteriormente descritos y en las lesiones encontradas en los diferentes órganos afectados. La pesquisa de anticuerpos séricos anti N. caninum puede ser una buena herramienta diagnóstica, pero esto debe ser asociado al cuadro clínico, pues individuos clínicamente sanos pueden también presentar títulos de anticuerpos. Se ha empleado inmunofluorescencia indirecta y ELISA, como prueba diagnóstica, sin embargo debe ser verificado histológicamente e intentar el aislamiento del parásito.

La situación nacional

En nuestro país el problema de aborto bovino existe, aún cuando se desconoce la incidencia nacional o regional de abortos. Entre otras razones esto se debe a que el aborto no es un problema de denuncia obligatoria, como también al poco uso de registros productivos y reproductivos oficiales. Debido a la multicausalidad del problema, en alrededor de la mitad de los casos es posible realizar un diagnóstico. En estos casos, la principal causa es de tipo infeccioso. Hasta la fecha se han descrito en Chile diferentes agentes y/o factores que pueden producir esta alteración. Entre los agentes infecciosos se mencionan a algunos virus (como al virus de la rinotraqueitis infecciosa bovina y al virus de la diarrea viral bovina), a enfermedades bacterianas (como la brucelosis bovina y la campylobacteriosis), a algunos hongos y a Trichomonas (como causa parasitaria).

No existe información nacional  Publicada, respecto de la importancia relativa de N. caninum como causa de aborto bovino. El único antecedente formal que existe, corresponde a un trabajo presentado en una reunión anual de la Sociedad chilena de producción animal A.G., en donde se establece una prevalecía serológica promedio aproximada de 23% en dos rebaños lecheros de la IX región, pero sin relacionarla a casos de aborto. En la zona central en tanto, es probable que las prevalecías sean más altas, debido a la existencia de sistemas de producción de leche basados en confinamiento, con rebaños grandes, y con alto uso de alimentos conservados  Como ensilaje de maíz. El laboratorio del Servicio Agrícola y Ganadero realiza el diagnóstico serológico de N. caninum. Aún no se han realizado en Chile estudios dirigidos a relacionar la serología de N. caninum en bovinos con la presencia de aborto, como tampoco se ha determinado la presencia de N. caninum en la población canina.