Desde hace muchos años se viene visualizando con fines médicos el interior del cuerpo humano y animal mediante el registro de la absorsión diferencial de los rayos X. Sin embargo, este método presenta una importante limitación, ya que no permite diferenciar estructuras superpuestas. Además, los rayos X incluso a pequeñas dosis pueden inducir lesiones fisiológicas.

Estos inconvenientes fueron superados parcialmente con la tomografía computarizada (T.C), la cual reconstruye matemáticamente los datos radiográficos tomados desde varias direcciones, para reproducir secciones transversales de cualquier parte del cuerpo que se desee. No obstante, la T.C. utiliza radiación X y la información que proporcionan sus imágenes es fundamentalmente anatómica y poco revelan el estado funcional o fisiológico de los órganos internos.

Las imágenes construidas mediante R.N.M, además de ofrecer una información anatómica comparable a la que nos suministra el barrido por TC, permiten distinguir de un modo mucho más fino, entre tejido sano y enfermo, en especial en el tejido blando, de pobre representación a la radiación X.

La resonancia magnética de los núcleos de hidrógeno, permite diagnósticos más rápidos, más precoces, con mayor acercamiento anatomopatológico y menos traumático. Desde que en 1983 se permitió su uso clínico, ha demostrado su primacía, en especial en el campo de la neurología y también en el tejido muscular y ligamentoso.

Figura que esquematiza los componenes básicos de un sistema R.N.M. ('Producción de imágenes para diagnóstico médico por resonancia magnética nuclear') Fernando Silbaermann

La historia de la R.N.M. empieza en 1949 cuando Felix Bloch de la Universidad de Standford y E. Purcell de Harvard, demostraron que bajo campos magnéticos intensos, ciertos núcleos pueden absorver energía de las ondas de radiofrecuencia y generar a su vez una señal que puede ser captada por una antena receptora.

Damadian en 1972 hizo la primera patente para un aparato capaz de detectar tejidos cancerosos mediante R.N.M. y en 1979 R.C. Hawkes obtuvo las primeras tomografías seriadas de una cabeza humana. El 14 de diciembre de 1983 se obtuvo la primera tomografía por R.N.M. en España.

La imagen de R.N.M. se construye en base a una señal que proviene de los núcleos de hidrógeno de nuestro organismo. Esta señal se obtiene cuando estos núcleos emiten la energia que han absorvido previamente al estar sometidos a ondas de radio bajo un potente campo magnético.

Todos los núcleos contenidos en cada uno de los planos perpendiculares a la dirección cráneo-caudal (planos transversales), están expuestos a la misma intensidad de campo magnético, pero distinto al percibido por los núcleos de los planos transversales contiguos. De esta forma, para obtener una imagen de otro plano basta cambiar la frecuencia sin movilizar al paciente.

Aparte de un potente computador, los tomógrafos constan básicamente de: (ver figura).

Un imán que crea el campo magnético. Bobinas creadoras de los gradientes magnéticos. Antena emisora de los pulsos de radiofrecuencia. Antena receptora.

La señal de R.N.M. proviene básicamente del hidrógeno que forma parte de las moléculas de agua. En los tejidos normales, el 80% de la señal se origina del agua intracelular. El hidrógeno que forma parte de las moléculas lipídicas es la segunda fuente más importante de señal R.N.M., después del agua, utilizándose como tejido de apoyo en la interpretación de imágenes.

Los tendones, ligamentos, fibrocartílagos, poseen un alto contenido en proteínas y relativamente poca densidad de núcleos de hidrógeno, lo que se traduce en una hipointensidad de las imágenes de estas estructuras.

La R.N.M. es una técnica insensible al calcio. Sin embargo, esto no es obstáculo para que su aplicación a la patología del sistema osteomuscular sea, después de la neurología, el segundo gran campo de aplicación de la R.N.M.

En R.N.M hay que tener presente el hecho de que se está trabajando con un campo magnético y en consecuencia, cualquier objeto metálico paramagnético puede ser atraído hacia el imán.

Aparte de este posible daño, los efectos biológicos que pueden produ­cirse en las exploraciones de R.N.M pueden ser debidas a tres causas:

El campo magnético estático creado por el imán El campo magnético variable al introducir los gradientes magnéticos. Los pulsos de radiofrecuencia.

Por todo ello las comisiones internacionales que están encargadas del control de riesgos en las exploraciones R.N.M coinciden en que, hasta el momento, en las condiciones recomendadas para el uso clínico no se han evidenciado la existencia de efectos adversos ni en los pacientes ni en el personal profesional.

Sin embargo, hay otras situaciones que hay que tener en cuenta. En primer lugar tanto el campo magnético estático y variables son peligrosos para los pacientes portadores de marcapasos, clips quirúrgicos y prótesis metálicas.

Segundo la R.N.M es muy sensible a la patología, pero hasta la fecha poco específica. Si bien es capaz de un alto contraste en las partes blandas, permitiendo una exacta delimitación de la extensión patológica, no existe una correlación exacta entre imagen e histología de la lesión. Un inconveniente menor reside en los tiempos de exploración.

Por otra parte, la tecnología de la R.N.M es aún una técnica que econó­micamente obliga a grandes desembolsos monetarios y, por lo tanto, es en principio una técnica cara. No obstante, en muchos casos su potencial diagnóstico la hace mucho más económica que otros métodos alternativos. Por ejemplo, en un problema neurológico de nivel medular, la resonancia puede rápidamente y sin tocar al paciente sentar el diagnóstico y la extensión de la patología, como también las diferencias en intensidad de las substancias gris y blanca, siendo muy sensitiva al aumento en contenido de agua asociado a lesiones desmielinizantes.

Su éxito se debe principalmente a

Un alto contraste entre tejidos blandos. Sensibilidad a cambios patológicos. Permite obtener tomografías en cualquier orientación del espacio sin movilizar al paciente. En cada plano pueden obtenerse distintas informaciones histoquímicas. Se pueden visualizar los vasos sanguíneos sin utilizar substancias de contraste. La médula espinal y el encéfalo se diferencian del líquido cefaloraquídeo, sin tener que introducir métodos de contraste. No existe riesgo comprobado ni para el paciente ni para el personal profesional.

Con todo lo anterior la R.N.M, ya se está utilizando en medicina humana en el país, como un método más de apoyo diagnóstico y debería en un tiempo no muy lejano introducirse en la medicina veterinaria, con invaluable utilidad en diversas patologías como por ejemplo: determinación de la magnitud del edema en injurias cerebrales, discrimación entre tejido normal y tumoral en cerebro, evaluación de la perfusión cerebral, diagnóstico de encefalomielitis, su uso en oftalmología para el diagnóstico y evaluación entre otros de cataratas, determinación de tejido miocárdico infartado, diagnóstico de patologías discales y de médula espinal, evaluación y seguimiento de patologías músculo-ligamentosas, etc.