Introducción

Perros y gatos han constituido a través del tiempo una valiosa presencia junto al ser humano, ayuda desinteresada de trabajo, vigilancia y defensa en el campo y ciudad; reemplazo fiel de los sentidos de quienes no pueden ver ni oír; estímulo amoroso de los pequeños con discapacidad de distinta índole, compañía y afecto incondicional en la edad mayor y a cualquier edad, en la soledad del mundo actual. Valiosos integrantes de las familias, urbanas y rurales, su bienestar ha motivado el interés creciente de sus propietarios por brindarles óptimos cuidados en salud, a fin de incrementar su esperanza de vida. Respondiendo a éste requerimiento, la Medicina Veterinaria en investigación y constante avance, ha permitido a estos animales de compañía alcanzar edades en las cuales los cambios celulares neoplásicos son más frecuentes, constituyendo a las patologías tumorales un motivo prevalente de consulta al Médico Veterinario. De hecho, el «Registro de Neoplasias de Caninos y Felinos Domésticos», establecido en el Servicio de Cirugía de Animales Pequeños de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias, Universidad de Chile, evidencia que alrededor de un 18% de la casuística quirúrgica general, corresponde a problemas tumorales, de tipo benigno y maligno (o canceroso).

Oncología veterinaria como especialidad

Un tumor es un aumento del volumen de diverso origen; traumático, inflamatorio, o formación de tejido nuevo, llamado también neoformación o neoplasia (Fig. 1), que puede ser benigna, si es sólo un crecimiento localizado, el cual la cirugía lo extrae sin problemas, o maligno si pone al paciente en peligro de muerte, por su capacidad de invadir el resto del organismo y reaparece después de la cirugía, éste es el denominado cáncer.

Fig. 1 Tumor muy evidente en parte anterior del tórax

La Oncología es el estudio de la enfermedad neoplásica, en la cual los meca­nismos normales de control de crecimiento y proliferación de células que lo forman están alterados. El acelerado desarrollo de la Onco­logía Veterinaria se ha debido a la conjunción de varios factores:

- La buena calidad de la atención Médico Veterinaria, en prevención, diagnóstico y terapéutica, ha permitido superar tanto enfermedades infecciosas como de otra índole, que fueran antiguamente importante causal de morbilidad y mortalidad animal.

- Este progreso ha significado que una gran proporción de la población de perros y gatos vivan más tiempo, prolongando así su posibilidad de exposición a cancerígenos ambientales, alcanzando edades a las cuales hay deterioro de su función de vigilancia inmunológica, permitiendo la manifestación clínica de cambios celulares neoplásicos con incidencia creciente de tumoraciones benignas y malignas.

- La investigación y difusión pública de nuevas formas de tratamiento oncológico para humanos, ha hecho que los propietarios de perros y gatos regalones soliciten como alternativa a una eutanasia no aceptada. El Médico Veterinario general es en la práctica el primer profesional que ve al paciente y tiene la responsabilidad de diagnosticar y orientar en general a las diferentes posibilidades terapéuticas, actuando como oncólogo de primera línea.

El Oncólogo Veterinario es el especialista al cual se envía el caso, para segunda opinión, y tiene la responsabilidad de el tratamiento específico para cada caso individual realizando el seguimiento y registro de los controles, a fin de hacer un óptimo manejo oncológico.

Identificación del proceso tumoral neoplásico

El problema clave en oncología es la detección precoz del proceso idealmente por parte del propietario. No se trata de la simple visualización de un aumento de volumen evidente en cualquier parte del organismo (Fig. N° 1); se trata del reconocimiento de los inicios primarios de cambios tisulares indeseables. Señales de ALARMAS en cáncer:

Adelgazamiento de causas inexplicables (Fig. 2). Lesiones de piel y mucosas que no cicatrizan (Fig. 3). Anomalías hemáticas y bioquímicas (anemia, hipercalcemia). Resistencia al tratamiento de síntomas como vómito, diarrea, tos, disnea. Modificaciones de forma y tamaño de estructuras orgánicas (Fig. 4). Anomalías hormonales (manifestación de estrógenos, hormonas femeninas en machos). Sangramientos persistentes (nariz, boca, ano, orina).

Decisión terapéutica antineoplástica

El abordaje de procesos neoplásicos benignos y malignos del perro y gato ha evolucionado en gran medida durante los últimos 15 años. Los significativos avances en los tratamientos que se ha aplicado con éxito, como técnicas quirúrgicas, quimioterapia, inmunoterapia, hipertermia y radioterapia, han dado paso a desarrollo de modalidades mixtas, aplicadas en forma sucesiva o simultánea. La elección de la estrategia terapéutica se basa en: la evolución del estado general del paciente; la naturaleza histológica de la lesión; la extensión orgánica del proceso; otros criterios auxiliares para decisión.

Fig. 2 Adelgazamiento evidente en un cáncer digestivo

a) Evaluación del estado general del paciente: Los grupos oncológicos humanos han desarrollado varias clasificaciones del estado del paciente, que describen en forma más o menos parecida el nivel de actividad o «Performance Status» (P.S.). La clasificación AJC es un buen ejemplo:

Ho: Actividad normal. H1: Sintomático ambulatorio, se cuida solo. H2: Ambulatorio más del 50% del tiempo de vigilia. Necesita asistencia ocasional. H3: Ambulatorio menos del 50% del tiempo de vigilia, requiere cuidado especial y asistencia médica. H4: Postrado, inválido, requiere hospitalización. H5: Moribundo.

Esta clasificación es determinada al momento de la primera evaluación clínica, registrada y reevaluada en los controles de tratamiento como una medida más objetiva de la mejoría en su calidad de vida. Se busca los problemas orgánicos funcionales y metabólicos significativos, que determinen la contraindicación de alguna modalidad terapéutica, por, ejemplo, la adriamicina en cardiopatías; la displasia de cadera y la amputación de un miembro posterior, e incluso de un anterior por razones de estabilidad. La edad no constituye contraindicación a ninguna terapia. En Veterinaria, la evaluación inicial H4 o H5 si no puede ser revertida a H3 es indicadora de eutanasia.

b) La Naturaleza histológica de la lesión: Se determina a través del examen a microscopio de una muestra de tejido tumoral, extraída mediante algún tipo de técnica biópsica. Es indispensable en la etapa de planificación terapéutica de la mayoría de los casos, excepto cuando biopsiar es tan fácil como extraer totalmente la neoplasia o cuando es poco probable que el tratamiento quirúrgico sea modificado por el diagnóstico histopatológico (ej.: mastectomía). La citología, estudio de la células que componen el tumor, ya sea exfoliativa o mediante aspiración con aguja fina, puede ser una técnica de alta certeza diagnóstica, en algunos tipos tumorales si es estudiada por un citopatólogo experto. El estudio histopatológico determina el tejido de origen y anticipa la conducta biológica natural. Esto permite diseñar estrategias terapéuticas diferentes para aquellos que tienden a la invasión o recurrencia local (cirugía, radioterapia), en relación a aquellos que evolucionan en forma multicéntrica o dan metástasis (cirugía, quimioterapia).

Fig.3 La lesión cutánea cancerosa que sangra y no cicatriza

c) Extensión orgánica del proceso: Numerosos Comités han procurado estandarizar una nomenclatura descriptiva cuyo objetivo es ayudar a planificar el tratamiento, evaluar su resultado y relacionarlo con el pronóstico, facilitando el intercambio de información entre médicos y la investigación a distancia. La extensión orgánica de la enfermedad se puede expresar determinando el grado de compromiso clínico de «compartimentos anatómicos», T: tumor primario, N: nódulo linfático y M: metástasis. La expresión de la extensión anatómica TNM determina en un momento dado, (generalmente al tiempo del diagnóstico), constituye la Estadificación o Etapa Clínica del tumor, que está relacionada con las posibilidades de éxito y sobrevida según la estrategia terapéutica aplicada. Por ejemplo: un Estadío o Etapa I, T1, N0, M0, significa que el examen  clínico revela una masa limitada al órgano de origen (1), lesión que es operable totalmente, con sólo  compromiso local, sin diseminación linfática ni sanguínea, la mejor probabilidad de supervivencia.

d) Otros criterios para decisión: La motivación del dueño del paciente tiene relación directa con el resultado del tratamiento. Su disponibilidad de tiempo y una buena comunicación que le permita comprender claramente los efectos favorables que se persiguen, el tiempo que demorará obtenerlos, las posibilidades de evolución a largo plazo y los costos estimados por mes de tratamiento son factores que influyen en la decisión terapéutica.

Fig. 4 Modificación del forma y tamaño de mama posterior

Modalidades terapéuticas

La cirugía fue el primer tratamiento que se aplicó en las neoplasias e incluso hasta hace poco tiempo, la única posibilidad de curación efectiva. Hoy en día continúa jugando un rol decisivo en su terapia y/o diagnóstico. La cirugía y la radioterapia son efectivas sólo contra la enfermedad local, siendo su eficiencia limitada por la extensión del tumor y sus relaciones de proximidad con estructuras normales críticas. Debido a la importancia que tiene la extracción del tumor con márgenes de tejido normal sano, se secciona en conjunto con estructuras normales siendo la naturaleza y grado de deformación resultantes su principal limitación. La quimioterapia sistémica tiene la posibilidad de actuar sobre el cáncer diseminado, subclínico o detectable, siendo la indicada en los procesos malignos generales o de diseminación precoz. La quimioterapia y la radioterapia son parcialmente específicos, destruyendo también las células normales, siendo dicha toxicidad el mayor factor limitante.

Pronóstico y expectativas en las enfermedades oncológicas

El objetivo de todo tratamiento, ya sea quirúrgico, radioterapia o quimioterapia, es erradicar la enfermedad completamente, pero desgraciadamente esto no se puede lograr en todos los casos, siendo en muchos de ellos sólo terapias, destinadas a lograr un alivio temporal del proceso neoplásico, retardando el desenlace final.

Los mandamientos de un buen manejo oncológico podrían ser:

1.-Tener claro cual es la probable evolución de cada caso.

2.-Tener claras las posibilidades de tratamiento en forma objetiva e informada, a fin de no realizar un tratamiento de poca eficacia, ni condenar a muerte a un paciente que se puede beneficiar con un tratamiento, ya que es más frecuente que un propietario se lamente de no haber hecho todo lo posible, que de haber hecho demasiado.

3.-Recordar que la capacidad de curar totalmente un cáncer no es el objetivo terminal del manejo terapéutico oncológico en animales pequeños, considerando como un factor más determinante el poder brindar al paciente una calidad de vida del mejor nivel, por el mayor tiempo posible.

4.-Considerar que si el cambio maligno partiera de una célula, que se divide en dos, que continúan en progresión hasta alcanzar el tamaño de 1 a 2 cm. de diámetro, detectable en radiografías o por palpación, ha superado más de la mitad de la vida que necesita para matar a su portador, con tiempo más que suficiente para invadir y metastizar a distancia.

Conclusiones :

Es difícil derrotar siempre al cáncer establecido, la mayor probabilidad de éxito reside en tener conciencia de la existencia de lesiones precancerosas como la criptorquidia (retención testicular) y la dermatitis solar; de factores predisponentes como la influencia de la función ovárica, que ha consagrado a la esterilización de las hembras jóvenes como el ejemplo clásico de Cirugía Preventiva para neoplasias ováricas y uterinas, miomas vaginales y cáncer mamario. Recordar que la detección precoz es posible por parte de no sólo los profesionales sino también los propietarios, legos en medicina, si están atentos a los signos de ALARMAS.