La Tierra en que Vivimos

Desde el pasado 31 de mayo el sector agropecuario está en espera. Tal como una madre aguarda que al momento de dar a luz le digan que su hijo está bien, así están todos los que trabajan en esta importante área de la economía nacional.

La tarea de llevar a cabo este VI Censo Nacional Agropecuario surgió a fines del año 1995 cuando el gInstituto Nacional de Estadísticas(INE) y el Ministerio de Agricultura firmaron un convenio para terminar con la 'sequía' informativa que existía, en un primer momento sólo en zonas extremas de Chile. Comenzaría así una historia, que pretende tener su final a principios del próximo año cuando se conozca cada detalle del estudio nacional.

¿Que es el CENSO?

Entre el 31 de marzo y el 31 de mayo se llevó a cabo la búsqueda de las exactas cantidades de explotaciones agropecuarias que existen, la extensión de tierras regadas y de secano que se cultivan, la producción y rendimiento de los principales cultivos.

A ello se añadieron preguntas sobre la cantidad y naturaleza del ganado, aves y otros animales, las maquinarias en uso y el número de personas que trabajan en el sector.

Metas y preparativos

Después de veinte años sin tener un sondeo acorde con los tiempos y con la nueva situación de la agricultura, las metas estaban claras. Primero que nada, obtener información actualizada para dar mayor eficacia a la aplicación de políticas públicas y privadas del futuro. Como segundo punto se trazó la necesidad de mejorar las estadísticas agrícolas contínuas, que se elaboran cada año, haciendo de ellas un instrumento más representativo de la realidad.

Además se quiere establecer con claridad cuál es el aporte de esta actividad al desarrollo de la economía nacional, basado en las cuentas nacionales que elabora el Banco Central. Pero también, se reconocía que los municipios necesitan de datos específicos de sus comunas, que sólo el censo podía ofrecerles.

Cuando ya se tuvieron las ideas, hubo que empezar a realizarlas.

Con un costo aproximado de U$8 millones, se inició la tarea de dar un cauce a los objetivos. Como primera medida se decidió hacer de este censo uno que destacara por el elevado nivel profesional y tecnológico, por lo que se contrataron técnicos agrícolas que fueron los empadronadores del proceso, mientras que 300 ingenieros agrónomos supervisaron el levantamiento. Todos ellos recibieron semanas de capacitación.

Sin duda, una de las novedades más destacadas, según el Secretario Técnico del Censo, Carlos Ladrix, 'es la utilización de un sistema descentralizado de procesamiento de información, disponiendo cada área censal de computadores conectados en red, lo que permitió la descentralización de datos'. Si hay algún error, el sistema lo detectará, y un encargado deberá volver al terreno a verificar.

Junto a ello se trabajó en la separación de las 69 áreas censales que dieron cuenta de comunas, y se elaboraró una actualizada cartografía de cada zona, desde la II hasta la X región.

El otro CENSO

Mientras se preparaba el análisis nacional, el año pasado se realizó un censo que cubrió la I, XI y XII regiones, debido a los problemas climáticos y a la marginalidad de los cultivos de estas zonas. Además la necesidad de apurar los datos aquí se hizo más imperiosa, porque estadísticas contínuas no se realizaban desde hace 20 años, lo que sí ocurría en las otras regiones, y, por las graves consecuencias que había dejado a su paso el llamado 'terremoto blanco' de 1995, que azotó a la zona austral del país.

Ya se dieron a conocer los datos más importantes que reflejaron los análisis, entre ellos está que la masa ganadera ovina de las regiones extremas del sur ha disminuido de un 45 a un 31 por ciento con respecto a la información del censo de 1976.

Específicamente la masa ganadera ovina disminuyó de 746 mil cabezas contabilizadas en 1976 a 338 mil en Aisén. En tanto, Magallanes se contabilizaron hoy l millón 923 mil 694 ovejas, frente a los dos millones 779 mil 273 cabezas que existían hace 20 años. Caída que se explicaría por la baja que han experimentado los precios del ganado, a la fuerte caída del precio de la lana en el mercado comprador y por la nevazón del '95.

HISTORIAL DEL CENSO

Comienza en 1834 junta a la oficina nacional de estadisticas que fue la antecesora del actual INE. Durante estos años se realizaron las primeras investigaciones que cubrieron solo una parte del territorio nacional y que por 1925alcanzaba las 109.853 explotaciones.

1930:

se realiza el primer censo agropecuario de nuestra historia, del cual se obtuvo la información por Carabineros, los que entregaron las cédulas censales en los terrenos, cuyos propietarios debían llevarlas y luego entregarlas a la Oficina nacional de estadísticas. En él se abarcaron 146.244 explotaciones.

1936:

significó un verdadero avance en cuanto a métodos estadísticos utilizados, ocupando por primera vez  pionero en el que hubo un plan censal detallado, que incluyó el estudio de los diferentes aspectos que dieron origen al formulario censal

1955:

casi veinte años después se realizaría el tercer censo, que se llevó a cabo durante dos semanas con la participación de 5.200 empadronadores, quienes establecieron 151.000 explotaciones

1965:

considerado el mejor y más completo realizado, por la participación de prácticamente todos los

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organismos públicos y privados vinculados al sector agrícola. Se realizó en diez días y contó, para la recolección de información, con un sistema computacional, el cual estableció que las áreas censadas crecieron en diez años a 258.657. Incluso de formó la Comisión Nacional del Censo, presidida por el ministro de Agricultura e integrada por diversos organismos del sector.

1976:

el quinto y el que hace sólo unos meses era el último realizado a nivel nacional, se realizó entre el 19 y 24 de abril de ese año a excepción de Chiloé y las regiones extremas XI y XII, que fueron censadas en febrero y marzo, debido a las condiciones climáticas que los afectaban en otoño. Contó con una amplia participación de productores y trabajadores voluntarios y arrojó un total de 311.324 explotaciones.

Se destacó también el fuerte crecimiento de la productividad agrícola en Tarapacá, lo que provocó que la fuerza de trabajo empleada en el sector se haya duplicado. Esto se debe, según las autoridades, a la incorporación de tecnologías de riego que, aún no se extienden a otros valles y a la precordillera.

Otro dato preliminar indica que le bosque nativo cubre un 57% de la superficie regional, cifra que deberá corroborarse con estudios más específicos en esta materia.

La realidad nacional

Recién en octubre próximo se conocerán los datos preliminares del censo nacional, que en su desarrollo no dejó de provocar uno que otro problema. El más difícil de sortear fue el desafío que el gobierno le planteó al INE de ser capaces de hacer el censo en las zonas extremas mientras se preparaba el otro, como lo describe Ladrix, 'fue una verdadera carrera contra el tiempo'.

Al que se agregaron otros escollos que aún no se pueden sortear del todo. La zona costera de la séptima región presentó la sorpresiva situación de varios predios abandonados, sin un informante que pueda dar los datos de esos terrenos. Llamados van y vienen, tratando de saber ¿dónde estaba usted, señor productor?.

Junto a ello el miedo de algunos agricultores que temieron que sus datos personales y de los predios fuera de público conocimiento, asunto que por ley está sancionado por estar bajo la presencia del 'secreto estadístico'. Además los datos son ingresados finalmente por comunas no por terrenos privados.

Para el secretario técnico de este VI Censo nacional, Carlos Ladrix, las luces más importantes que entregará esta encuesta será demostrar los grandes cambios que ha sufrido la agricultura en los últimos 20 años y que se mostrará en las casi 330 mil explotaciones que fueron censadas. Se podrá comprobar cómo han disminuido las áreas de trigo, mientras se han fortalecido las plantaciones de pinos y eucaliptus.

Dará que hablar la expansión consolidada del sector frutícola que actualmente superan los mil millones de dólares anuales por concepto de exportación, y el notable repunte de la vitivinicultura también como embajadora del agro.

Incluso asegura que habrá cifras que demuestren el fortalecimiento del sector ganadero entre la II y X regiones.

Todo bajo el marco de la diversidad del país, que se ve reflejada en sus campos, animales y territorio en general. Una tierra que espera ansiosa el inicio del próximo año, cuando surja la realidad y comience una nueva etapa para el sector agropecuario.