I Fístula Maxilar

La fístula maxilar del perro se aprecia como una lesión purulenta que drena continuamente en la cara bajo el canto medial del ojo (Foto Nº 1), puede ser uni o bilateral. La fístula ocasionalmente puede drenar hacia el interior de la cavidad bucal, y muy rara vez hacia la órbita del ojo. Este cuadro de origen dental, generalmente es producido por la enfermedad de las encías (enfermedad periodontal severa) y menos frecuente por fracturas dentales.

La causa de consulta al Médico Veterinario es la lesión purulenta bajo el ojo, la cual se presenta en forma recurrente con períodos de menor actividad, generalmente los pacientes son perros adultos o viejos, y al examinar cavidad bucal a nivel del cuarto premolar o primer molar maxilar se puede observar el origen de este cuadro.

La Enfermedad Periodontal o enfermedad de las encías, es la de mayor presentación en los perros, en Estados Unidos se describe que el 85% de los perros mayores de dos años sufren algún grado de esta enfermedad; en Chile en el primer estudio epidemiológico de esta patología, se ha encontrado en un 66%, sin embargo este porcentaje se considera subestimado, debido a que generalmente los dueños consultan cuando ya está muy avanzada.

Para comprender la génesis de la fístula maxilar es necesario señalar que:

Los dientes presentan dos zonas: una visible (corona) y una no visible (raíz). La encía (periodoncio de protección) rodea la corona estableciendo un sello biológico que evita la entrada de patógenos. El hueso alveolar, ligamento periodontal y cemento constituyen el periodoncio de inserción y tienen por función mantener al diente en su posición (Figura N° 1).  

El cuarto premolar y el primer molar maxilar se ubican inmediatamente bajo el seno maxilar en el perro. Estos dos dientes tienen tres raíces, las cuales son de gran desarrollo. La zona donde se dividen las raíces se denomina furca, y tiene gran importancia en la presentación de este cuadro.

La enfermedad periodontal se inicia por el acumulo de placa bacteriana y restos de alimentos sobre la superficie del diente, con el tiempo esta placa se mineraliza dando origen al tártaro o sarro dental (color café cremoso), el cual por su superficie rugosa produce una mayor irritación en las encías y favorece el depósito de más placa bacteriana. La enfermedad periodontal inicialmente afecta a los tejidos blandos que rodean al diente (encía) dando origen a una gingivitis, comprometiendo en sus estados avanzados tejidos blandos y duros, estableciéndose la periodontitis (Figura N° 2).

En la gingivitis la encía se observa congestiva y sangra fácilmente. Este estado es reversible.

La periodontitis es irreversible, al ir avanzando se produce pérdida de hueso alveolar y ligamento periodon tal, lo que produce movilidad del diente, que aumenta al progresar la pérdida de hueso. Al quedar la raíz del diente expuesta, se acumula placa bacteriana y restos de alimento en ella y en la furca, esta zona por estar bajo el diente y por el ambiente de anaerobiosis, favorece la rápida pérdida de tejido óseo, con lo cual se produce la comunicación entre la cavidad bucal y el seno maxilar.

Al infectarse el seno maxilar se produce un verdadero absceso el cual drena por la zona más débil, en este caso hacia la cara del perro, formándose la fístula.

Si el origen es una fractura dental, al examen es factible apreciar la fractura con exposición de cavidad pulpar, se ve un punto de color café (Foto N° 2), pudiendo o no haber cambio en la coloración del diente. En este caso la infección avanza por la pulpa llegando a la raíz del diente y comunicándose con el hueso alveolar, creando un ambiente de anaerobiosis, formándose un quiste dental el cual puede llevar a pérdida de más hueso alveolar, y finalmente la comunicación con el seno maxilar.

El tratamiento en ambos casos es similar, necesariamente debe rea­lizarse extracción del cuarto premolar y/o primer molar maxilar además, destartraje profundo en el caso de periodontitis e indicación de antibióticos para bacterias anaerobias gram negativas. El uso exclusivo de antibióticos, local o parenteral, no soluciona esta patología generando el riesgo de crear resistencia bacteriana.

En algunos casos es factible realizar la trepanación (cortar) y extracción de la raíz comprometida, realizando una endodoncia (tratamiento de conducto) en las raíces restantes, con el fin de mantener estas piezas dentales fundamentales en la trituración del alimento.

Frente a este cuadro, es importante que el dueño sepa que se puede prevenir en gran medida mediante cepillado dental diario, que evita acumulación de placa bacteriana, y una alimentación seca en base a alimentos concentrados; en el caso de fracturas, lo importante es evitar que el perro muerda piedras, maderas, etc. Además debe considerarse visitas periódicas al especialista, para realizar destartrajes, con el instrumental adecuado.